Archivo 01: El Cuarto Cerrado (15/15)

Unos días después, Haruka volvió al escondite secreto de Yakumo otra vez.
 

Miki se puso mucho mejor después de eso. 
 

Ella parece haber olvidado todo lo que sucedió después de perder el conocimiento en el edificio abandonado.
 

Kazuhiko, que había desaparecido, volvió a la Universidad como si nada hubiera pasado. 

Cuando Haruka le preguntó sobre eso, resultó que había vuelto a casa de sus padres por el miedo.
 

Haruka estaba tan exasperada que incluso no podía estar enojada. 
 

En la Universidad, los medios de comunicación vinieron debido al incidente– hubo bastante alboroto.
 

Los presentadores de noticias comentaron que los índices de entrada para el próximo año sería el más bajo hasta ahora, y algunos estudiantes se habían transferido a otras universidades, pensando que el incidente podría tener un efecto en su búsqueda de empleo. 
 

Sin embargo, el clamor sería probablemente desaparecería con el tiempo.
 

A pesar de que era pasado el mediodía, Yakumo tenía su peinado habitual y ojos somnolientos. 
 

Era como un gato descansando en el sol.
 

"No importa cuando te vea, siempre pareces estar apenas levantandote".
 

"Porque sólo vienes cuando estoy despertando".
 

Yakumo respondió sin rodeos, como siempre. 
 

La expresión ligeramente malhumorada de Yakumo era tan graciosa paraa Haruka que se rió.
 

"¿Qué necesitas hoy?".
 

Él claramente le dijo que se fuera a casa si no necesitaba nada.
 

Haruka cubrió su boca para detener su risa y sacó un sobre de su bolso, colocando sobre la mesa.
 

"¿Qué es eso?".
 

"El dinero, como había prometido. Ha pasado un montón de cosas, pero Miki está mejor".
 

Yakumo rechazó el sobre.
 

"No lo quiero".
 

"¿Por qué no?".
 

"Le debo un favor a tu hermana. Aún estamos".
 

"¿Un favor?".
 

Haruka ladeó la cabeza, incapaz de entender. 
 

"Tu hermana fue quien me dijo que estabas en la azotea".
 

"Hermana...".
 

Ella intentó salvarme–
 

Pensar en eso era suficiente para hacer que su pecho se calentara.
 

"Lo siento".
 

"¿?".
 

"Cuando te conocí, te llamé fraude, Saitou-san...".
 

"No te preocupes por eso".
 

"Pero...".
 

"Y deja de llamarme Saitou-san", dijo Yakumo, apuntando a Haruka.
 

"¿Entonces cómo debo llamarte?".
 

"No me importa si sólo me llamas por mi nombre normalmente".
 

Haruka sentía que ella había dado un paso en su corazón. 
 

"Acepto que tu misterioso poder no es un fraude, Yakumo-kun".
 

"Estoy muy agradecido".
 

Yakumo bostezó, como si no le importará. 
 

Sus acciones eran como las de un gato.
 

"Estoy celosa de ti, Yakumo-kun".
 

"¿Celosa?".
 

"Puedes ver a mi hermana, ¿Cierto? No puedo verla incluso si quiero. Siempre he querido pedirle disculpas y tengo tantas cosas que quiero decirle, pero no puedo verla...".
 

La voz de Haruka estaba temblando un poco. 
 

Mi hermana murió por mí culpa.
 

Ella había llevado esa carga durante trece años. 
 

Ella no podía dejarla aunque quisiera. Cuando pensaba acerca de cómo continuaría 
llevandola por el resto de su vida, ella no tenía opción más que maldecir su propio pecado.
 

"No te culpes a ti misma de esa forma. Lo dije antes, pero tu hermana no te culpa".
 

"Eso es una mentira. Mi hermana murió por mí culpa...".
 

"Entonces pregúntaselo tu misma".
 

Yakumo quitó el lente de contacto de su ojo izquierdo y se volteo hacia Haruka con su ojo rojo. 
 

No importa cuántas veces lo viera, era un hermoso color rojo.
 

Era como si tuviera luz propia.
 

"Cierra los ojos".
 

Haruka cerró los ojos como dijo Yakumo. 
 

Su visión se puso oscura–
 

"Hermana".
 

De repente, su hermana estaba de pie delante de ella. 
 

Se veía igual que en ese entonces.
 

Desde el accidente cuando ella tenía siete–
 

"Hermana, lo siento. En ese momento... Porque tiré la pelota muy lejos...".
 

Haruka mordió su labio. Obligaba las palabras a salír de su garganta.
 

Ayaka no dijo nada. Ella sólo sonrió.
 

Eso era suficiente. 
 

Lágrimas cayeron de los ojos de Haruka. Era incapaz de detenerlas.
 

La sonrisa de Ayaka era increíblemente cálida y gentíl.
 

Se sentía como si todos sus dolores se hubieran desvanecido. 
 

Haruka se mantuvo limpiando sus lágrimas sin fin y abrió los ojos otra vez.
 

Ayaka había desaparecido. En cambio, Yakumo estaba ahí de pie con ojos somnolientos.
 

"Gracias...".
 

Yakumo miró el techo, como si no hubiera escuchado nada.
 

"Ahora he llorado delante de ti dos veces, Yakumo-kun".
 

"Tres veces".
 

Yakumo la corrigió, levantando los dedos.
 

"No sigas. No estoy llorando porque quiera".
 

Haruka uso su pañuelo para limpiar sus lágrimas y se levanto.
 

"Estoy realmenta agradecido por todo lo que has hecho. Entonces está es la despedida".
 

Yakumo no respondió a las palabras de Haruka. 
 

Él sólo bostezó.
 

No es honesto en absoluto–
 

Haruka sonrió y puso su mano sobre el picaporte.
 

¿Esto realmente sería despedida para ella y Yakumo? Ese pensamiento de repente vino a su cabeza.
 

"Hey, ¿Qué debo hacer si quiero volver a ver a mi hermana?".
 

Haruka preguntó, su espalda aún frente a Yakumo. 
 

Yakumo no respondió.
 

¿Qué espero? Haruka intentó cubrir las palabras que se habían salido de su boca con una risa.
 

"Sólo abre esa puerta y te acercas".
 

Haruka rápidamente se voltéo. 
 

Yakumo se inclinaba hacia atrás en su silla con sus habituales ojos somnolientos.
 

"¿Eh?".
 

"Estoy diciendo que puedes venir cuando quieras. Pero la próxima vez tomaré el dinero".
 

"Aunque voy a negociar el precio la próxima".
 

Haruka dijo eso y abrió la puerta, dejando el cuarto con una sonrisa. 
 

A pesar de que el cielo era del mismo color de siempre, parecía refrescante para ella–


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