Cuando Haruka entro en el sedán blanco, ella tímidamente le preguntó a Yakumo en el asiento del conductor.
No hubo respuesta.
Haruka se dio por vencida y miró por la ventana.
Ni el audio del auto o la radio estaban encendidos.
Todo lo que ella podía escuchar era el motor y el sonido del aire frío que soplaba a través del auto.
En este auto donde no había conversación alguna, Haruka extrañamente no se sentía incómoda.
"El ojo de mi tío no es así desde su nacimiento. Lleva una lente de contacto roja".
Yakumo de repente comenzó a hablar una vez que se acercaban a la cuesta frente a la colina.
Haruka miró el perfil de Yakumo.
"¿Eh?".
"¿Qué? ¿No es eso lo que querías preguntar?", dijo Yakumo, mirando a su lado.
Por un momento sus miradas se cruzaron. Haruka retiró la mirada por la sorpresa. Toda su cara se sentía caliente.
"¿Por qué él saldría con algo así?".
"Sale con que su ojo es rojo, tratando de que el mundo lo miré extrañamente y sentir el mismo sufrimiento y la soledad que yo".
"¿Hasta el punto de sacrificarse a sí mismo?".
"Ese es el tipo de persona que es".
Aunque Yakumo simplemente dijo eso, lo que hacía su tío no era algo que se podría hacer con fácilidad.
"A pesar de que hay alguien que se preocupa tanto por ti, ¿Por qué vives en la Universidad, Yakumo-kun? Deberías pensar un poco en cómo se siente tu tío".
Ella estaba hablando inusualmente fuertemente.
"Tú falla es parlotear sin pensar bien y decidir todo con tu propio punto de vista".
"Tus fallas, Yakumo-kun, son tu hostilidad y tu tendencia a decir cosas insensibles sin pensar sobre los sentimientos de otras personas".
Haruka regresó el golpe, no perdería con Yakumo.
Yakumo sacudió la cabeza, como si él estuviera hablando con un niño poco razonable.
"¿Sabes qué tipo de lugar era ese?".
"Un templo".
"Correcto. Un templo".
"¿Qué pasa con eso? ¿Eso tiene alguna relación?".
"¿Lo has olvidado? Mi ojo izquierdo puede ver los espíritus de los muertos. Independientemente de si quiero o no".
"Ah...".
Haruka finalmente entendió lo que Yakumo estaba tratando de decir.
Tenía razón. Si una persona que puede ver los espíritus de los muertos estaba en un templo, tendría que ver decenas– no, cientos de fantasmas todos los días.
Tendría que vivir con todas las emociones negativas de los espíritus de los muertos– su odio, su rabia, su tristeza.
Sería imposible permanecer cuerdo.
Para Haruka, era sólo un templo, pero no era el caso para Yakumo.
"Tío lo sabe. Ahí es muy ruidoso para mí".
Haruka sentía que había mirado en el corazón de Yakumo por primera vez.
Justo como Yakumo dijo, sólo podía decidir cosas basadas en mi propia perspectiva.
Haruka abrió la ventana y sacó un poco la cabeza.
El viento golpeó su frente. El viento que se sentía demasiado frío ahora era agradable–
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