El Hip-hop de cuatro beats sonaba como de costumbre.
"¿Que opinas del color del auto?".
Haruka no realmente no sabía de autos. Ella dio un vago "Hmm" como respuesta.
"Bueno, tenía manos rojas, por lo que cambié el color con eso. Bastante cool, ¿Verdad?".
Más importante–
"¿A dónde vamos?", le preguntó a Tatsuya en el asiento del conductor.
El plan era ir a la casa de Miki, pero la dirección era claramente diferente.
Habían dejado la ciudad y estaban subiendo una carretera montañosa.
"Pensaba que podríamos echarle un vistazo a la vista nocturna que no pudimos ver la otra vez".
"Miki está esperando, y no quiero ver la vista nocturna".
Era como si estuviera repetición de la grabación de la otra vez.
"Está bien. Miki-chan sabe de esto".
"¿Eh?".
Haruka habló sin pensar en su confusión.
"Está siendo considerada con nosotros", dijo Tatsuya con una sonrisa.
Ella sabía sobre los dos y estaba siendo considerada.
Eso sólo era hostigamiento.
Haruka se quejaría bastante con Miki después.
Pero–
"El lugar con una agradable vista nocturna está pasando ese túnel, ¿Cierto?".
"Está bien, está bien. Hay otro camino".
¿Por qué sólo las personas egocéntricas me rodean?.
Haruka se sentía miserable. Sus hombros se desplomaron.
* * *
Gotou había estacionado un sedán blanco de diez años frente a las puertas de la Universidad.
Su amado auto, que nunca había sido lavado ni una sola vez.
Cuando Gotou se detuvo, Yakumo corrió desde las puertas y se metió en el auto.
¿Había estado esperando a Gotou con este frío? Yakumo nunca había hecho algo así antes.
"Por favor muéstrame la foto", dijo Yakumo después de recuperar el aliento.
Gotou encendió las luces y sacó un sobre de la guantera, entregándoselo a Yakumo.
Yakumo sacó las fotos y vieron cada una asiduamente.
Eran fotos que no te gustaría ver, pero los ojos de Yakumo eran serios. Su poder probablemente le había quitado el miedo a la muerte.
Yakumo vio sangre, carne y hueso– y la putrefacción– diariamente–
Yakumo puso su cabeza en sus manos y suspiró.
"¿Tienes una idea?".
"Por desgracia, la tengo".
Aunque Yakumo sonreía, sus ojos no estaban sonriendo en absoluto.
"Dime. ¿Qué quieres decir?".
"Lo explicaré más adelante. Más importante, tenemos que confirmarlo".
Después de decir esto, Yakumo tomó su celular del bolsillo de su abrigo e hizo una llamada.
* * *
En el asiento del pasajero, Haruka notó que su celular vibraba en su bolso.
"¿Hola?".
[¿Dónde estás ahora?].
Escuchó la inquieta voz de Yakumo.
"En un auto".
[Cuando dices auto, ¿Es el auto de ese tipo llamado Tatsuya?].
"Sí, pero...".
[Bajáte de ése auto ahora mismo].
No había ningún argumento con el tono de Yakumo.
"¿Bajar? ¿Qué quieres decir?".
[Sólo baja del auto si no quieres morir].
¿Eh? Si no quieres morir–
Es cierto que ella no se sentía bien acerca de estar junto a Tatsuya, pero no moriría por eso.
Mientras Haruka estaba pensando, le quitaron su celular.
Fue Tatsuya. ¿Qué estaba haciendo de repente? Mientras Haruka estaba nerviosa, Tatsuya empezó a hablar en el celular.
"Esto no es lo que prometiste. No tiene nada que ver contigo, ¿Verdad?".
Ése era un tono considerablemente mordaz.
Él lamentaría hablarle así a Yakumo.
"¡Cállate! ¡No tiene nada que ver contigo!".
Como lo esperaba. Tatsuya estaba furioso– parece que Yakumo había dicho algo.
Se lo merecía por hacer algo tan inconsciente como quitarle el celular a alguien.
"De todos modos, ¡Déjame hacer lo que quiera!", gritó Tatsuya, colgando y poniendo el celular en la guantera, como si aún no quisiera devolverselo a Haruka.
No tiene modales en absoluto.
Para ser honesta, estaba enferma de esto.
"Me bajo", dijo ella, mientras ponía su celular en su bolso.
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